lunes, 1 de diciembre de 2008





EN UN COLEGIO PÚBLICO

El juez deja en libertad a los 4 detenidos en El Campello por un presunto delito de abusos

  • Ninguno de los imputados se podrá acercar al centro escolar durante la causa

ALICANTE.- El juez de Instrucción número 8 de Alicante, en funciones de guardia, ha acordado esta tarde la puesta en libertad de los cuatro detenidos en El Campello (Alicante) como presuntos autores de un delito de abusos sexuales a menores, según informaron en un comunicado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).
El magistrado ha acordado esta medida en base a la petición formulada por el ministerio fiscal, quien ha solicitado como medida cautelar que ninguno de los cuatro imputados se acerque al centro escolar durante el tiempo de tramitación de la causa. Esta medida tiene por objeto salvaguardar los intereses de los menores, así como la objetividad de las pruebas que se deben practicar.
Las detenciones se produjeron el pasado martes, 25 de noviembre, en el colegio público Altamira de El Campello, a la hora de la salida de los alumnos, lo que despertó la preocupación de los padres, profesores y escolares, que no sabían lo que estaba ocurriendo. Los cuatro detenidos permanecían desde el martes en dependencias de la Guardia Civil, a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 8 de Alicante.

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ESCUELA VIRGEN DE LORETO EN NICARAGUA
La ONG Icnelia inaugura la escuela Virgen de Loreto en Nicaragua y lleva la imagen de nuestra patrona

JOSÉ JUAN LÓPEZ
La tercera expedición de la ONG Icnelia a Nicaragua tenía un aliciente especial para nosotros, un plus que iba a superar el buen sabor de boca que nos dejaron las dos anteriores. Para José Miguel Zaragoza y para mi, embajadores de Icnelia en esta ocasión, iba a suponer una expresión de santapolerismo. Éramos más que nunca orgullosos portadores de nuestro pueblo con las gentes de Nicaragua.
La escuela Virgen de Loreto ha sido financiada con la aportación de muchos conciudadanos a través de la campaña "¿Te sobra un céntimo? A ellos les falta", que desarrolló Icnelia el año pasado con su hucha gigante y las pequeñas distribuidas en los comercios. La respuesta de nuestra gente fue firme y decidida. En pocos meses se recaudaron los 800.000 céntimos de euro que costaba construir la escuela.
A través de nuestra contraparte en Nicaragua, el Proyecto de Educación del Vicariato de Bluefields del que formaba parte hasta hace no mucho el padre Miguel Ángel García, se eligió construir esta escuela en una de las comunidades más alejadas de la ciudad y de más difícil acceso, y por tanto de mayor necesidad de ayuda. Se llama El Jabillo.
Llegar hasta allí ya supone toda una aventura. Si medimos en línea recta la distancia entre Bluefields y la comunidad de El Jabillo, no habría más de 60 kilómetros. Sin embargo, no existen carreteras, ni siquiera caminos por los que pueda transitar un vehículo 4x4. De esa manera, calculamos que recorrimos más de 100 kilómetros durante cuatro horas para llegar a nuestro destino. Fueron cuatro horas de navegación por la bahía de Bluefields y remontando el río Torsuani. Ya pisando tierra nos esperaban catorce horas montando en las bestias a lo largo de cuatro etapas, haciendo escala en las comunidades de El Gorrión, El Progreso y Monte Creek.
Fue un camino no exento de complicaciones, aunque por suerte no tan enlodado como en años anteriores. En la expedición icneliana nos acompañó trabajando mano a mano nuestro inseparable Óscar Chavarría, uno de nuestros hombres en Nicaragua. Además, en cada etapa nos dejábamos llevar por los baquianos (guías) de cada comunidad, que conocen bien los senderos y hacen el recorrido casi siempre a pie. Están bien acostumbrados a esta dura vida de la selva.

El viaje de la virgencita
La última etapa hacia El Jabillo fue especialmente dura. Nos guiaban Juan y Javier, encargados asimismo de custodiar la imagen de la Virgen de Loreto que traíamos desde Santa Pola. La figura fue donada por María Asunción Ruiz y es obra de la artesana Úrsula Orts. Fue bendecida en Santa Pola el día de la patrona de 2007 y su destino era la escuela que lleva su nombre. Daremos pocos detalles sobre su periplo de 15.000 kilómetros, porque esto merece un capítulo aparte.
Fueron más de seis horas a lomos de bestia cruzando la selva. Especialmente complicada fue la ascensión de un cerro empinado y de duras rampas que, huérfano de nombre, nos atrevimos a bautizar como "Monte de Santa Pola", nombre que para orgullo nuestro ya utilizan los lugareños. Tampoco podré olvidar la nutritiva agua de esos cocos que encontramos a media hora de llegar, cuando nuestras reservas de comida y agua ya eran sólo un recuerdo.
Y antes de caer la tarde llegamos exhaustos por fin a nuestro destino. El refrescante meandro de un río nos abrió sus brazos para curarnos las heridas de lodo y recuperar nuestro pulso. Los vecinos de El Jabillo nos recibieron con una suculenta comida.
Fue ahí cuando empezamos a conocer a nuestros amigos de la directiba de la comunidad y del patronato escolar. Los nombres de referencia son Mario Abarca y Juan Alberto Cabalset, delegados de la Iglesia, Donald Guzmán, el activo presidente del patronato, y, José Andrés Méndez, el maestro. De las 48 familias que forman la comunidad, sólo 20 niños han ido a este curso a la escuela. Como nos cuenta Donald, nadie pensaba que serían capaces de conseguir la escuela nueva, para ellos ha sido un sueño hecho realidad, y están convencidos de que esto reactivará los ánimos de muchos padres que llevarán a sus hijos a estudiar el próximo año, a pesar de tener que caminar hasta una hora y media desde sus casas. Nos dimos cuenta enseguida de que el proyecto había salido adelante gracias a su interés por hacerlo posible, contra viento y marea, y esto nos convence más todabía de la elección realizada.
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