viernes, 23 de agosto de 2013

TRASTORNO DISOCIAL DE LA PERSONALIDAD

Cómo ayudar a mi hijo con trastorno disocial de la personalidad

 
¿Qué pasa cuando es nuestro hijo quien padece este trastorno? ¿Cómo podemos afrontar nuestro día a día para ayudarle a él y que al mismo tiempo la convivencia sea mejor? ¿Qué tipo de pautas podrían ser adecuadas en nuestro caso? Desde Centro Persem (www.centropersem.com) queremos orientarte a cómo ayudar a tu hijo con trastorno disocial de la personalidad, pero no olvides que si te sientes muy desbordado no debes dudar en consultar a nuestros profesionales que haga un seguimiento adecuado a tu hijo y le ayude a manejar mejor las situaciones conflictivas en su hogar.

INSTRUCCIONES:

  1. Busca información acerca del trastorno disocial de la personalidad, entiende qué es, compréndelo. Ayuda a tu hijo a entenderlo. Para poder ayudar, primero hay que entender, por lo que te recomendamos conocer cuáles son las posibles causas del trastorno disocial.
  2. Busca ayuda en profesionales que puedan ayudar y orientar en estos casos. Coordinar las actuaciones en casa con las del profesional.
  3. Coordina tus actuaciones con los profesionales de la escuela.
  4. Acepta a tu hijo tal como es. No es bueno generarse ideales que no son reales.
  5. Préstale atención cuando tenga conductas adecuadas y refuérzale mediante tu reconocimiento de forma afectiva (abrazos, elogios… y evitando cualquier premio material).
  6. Cuando quiera remarcar una conducta, explícale la conducta que esperas de él, centrándote en la conducta y nunca en las características personales.
  7. Ayúdale a mejorar su empatía, ayudándole a reconocer los sentimientos y los comportamientos de los otros y los suyos propios
  8. Establece normas claras con consecuencias anteriormente habladas y aceptadas con su hijo, expresándolas de forma positiva, evitando las amenazas.
  9. Mantén la calma, y habla a tu hijo con un tono de voz sereno. No muestres nerviosismo, o rechazo hacia tu hijo. Debe tener en cuenta que tu hijo siempre tenderá a imitarte.
  10. Evita la sobreprotección y los castigos, cuando tengas que aplicarlos deben ser proporcionados y relacionados con la conducta de tu hijo, indicando en todo momento la forma de actuación concreta y correcta.
  11. Muéstrale modelos positivos de conductas cotidianas con el propio ejemplo. Ayúdale a comprender el problema, por qué les ocurre y que sea él mismo quien descubra las posibles soluciones (con tu ayuda).
  12. Emplea un estilo educativo basado en el afecto, la no permisividad y el respeto mutuo.
  13. Proporciona un ambiente tranquilo y relajado, evitando mucha estimulación. Proporciona a tu hijo un ambiente estructurado con rutinas establecidas y bien ordenadas.
  14. Incrementa su confianza y su autoestima, reconociéndole sus progresos y su esfuerzo en el día a día.
By María José Roldán Prieto

1 comentario:

Mª José dijo...

qué buen artículo! jajaja :)