miércoles, 21 de octubre de 2015

¿CASTIGO O APOYO CONDUCTUAL POSITIVO?

Conductas difíciles. ¿Apoyo conductual positivo?

rabietas


Los terapeutas de Centro Persem ofrecen los mejores tratamientos, diseñando los programas de intervención que mas se adaptan a las demandas y necesidades de los niños y ofreciendo herramientas útiles e innovadores para conseguir los mejores resultados. En un equipo multidisciplinar, la demanda de un profesional especialista en conducta es muy grande, frecuentemente buscada por parte de los padres, del colegio o de los demás profesionales que trabajan con el niño.
Éste profesional se basa en los principios que regulan nuestra conducta, tal cual ocurre con los principios que regulan nuestra atención, memoria o aprendizaje. Básicamente, nuestras conductas (estudiar, practicar deporte, gritar, jugar, pegar, etc.) pueden ser fortalecidas y aumentar en frecuencia en función de las consecuencias que las siguen (refuerzo) o bien pueden disminuir en frecuencia por el efecto de otro tipo de consecuencias (castigo).
Con respecto a niños y específicamente en relación a niños con autismo, mucho se discute sobre la ética en relación al uso de castigos. Por supuesto, un castigo se define por su efecto en la ocurrencia de la conducta (disminución) y no incluye solamente actividades o cosas que pensamos agresivas. El castigo también puede incluir el cese de actividades o juguetes que les gustan a los niños durante determinado tiempo, lo ya conocido por los padres: “se acabó la tele, sube a tu habitación”.  Aunque sea aplicado de manera blanda, el castigo apenas tiene el poder de suprimir una determinada conducta inapropiada (o sea, es efectivo y por eso tan tentador). A pesar de ello, este método de modificación de la conducta no fortalece o hace que surja ninguna otra conducta apropiada, al contrario de lo que desearíamos. Además, el castigo tiende a producir emociones desagradables tanto en quien lo recibe como en quien lo aplica. Por ultimo, el efecto del castigo se restringe a las ocasiones en que está presente la figura del castigador y su efecto de suprimir la conducta inapropiada en general no es duradero  cuando se cesa la aplicación del castigo.
Por todo ello, la ciencia que estudia la conducta humana nos ha regalado un abordaje humano y que corresponde a lo que nosotros, padres, profesores y terapeutas, queremos ser con nuestros niños y que nos permite ocasionar en ellos emociones positivas. Este abordaje es el Apoyo Conductual Positivo (Positive Behavioral Support) que propone trabajar para disminuir y eliminar las conductas difíciles e inapropiadas haciendo uso del refuerzo y no del castigo, o sea, fortaleciendo conductas apropiadas a medio plazo en vez de apoyarse en el uso del castigo para cesar conductas difíciles.
Este modelo supone un trabajo de medio plazo pues antes de planificar un programa de modificación de conducta en un abordaje positivo, el especialista necesita evaluar la función de la conducta inapropiada para pensar en otras conductas sustitutivas que pueden ser fortalecidas o creadas. Por ejemplo, la conducta de pegar a alguien o pegarse a uno mismo puede servir de auto estimulación, como para llamar la atención o incluso para cesar una actividad que a uno no le gusta.
Si la análisis funcional de la conducta nos revela, por ejemplo, que a un niño que se muerde el labio esta conducta le sirve de medio de auto estimulación, fortaleceremos otras conductas más apropiadas que tengan la misma función de estimularle la zona bucal, como morder un mordedor o que reciba estimulación con un masajeador. Incluso los adultos se sirven de formas adecuadas de auto estimulación cuando están ansiosos o aburridos, como mascar chicles, balancear los pies, enrollarse el pelo.
Volviendo al caso del niño que se mordía, si el análisis funcional fuera correcto y si el programa de modificación de conducta hubiese podido establecer conductas más apropiadas con la misma función de auto estimulación, ya no veríamos al niño morderse. Es más, si solamente le castigáramos cuando este niño se mordiera, otra conducta no apropiada con la misma función de auto estimulación bucal (por ejemplo hacer ruidos con la boca, garganta o jugar con la saliva) podrían surgir para suplir la función de auto estimulación del niño.
Además de las fases del análisis funcional de la conducta para evaluar y comprender mejor la conducta difícil que presenta el niño como la fase de desarrollo de un programa de modificación de conducta, se hace necesaria la coordinación entre los  diferentes contextos que frecuenta el niño (familia, colegio, centro especializado), así como la adherencia al tratamiento y consistencia de las personas que conviven con él en todos los contextos. O sea, las consecuencias para las conductas que se quiere eliminar y aquellas que se quieren fortalecer tienen que tener la misma función (reforzamiento o castigo) sea con quién y donde sea.
Esencialmente, el especialista en conducta efectúa cambios en la manera en la que las personas interactúan y reaccionan al niño (antes y después de que este se comporte de alguna manera). En un último ejemplo, si la conducta de pegar a otros niños en el colegio ha sido analizada y tiene la función (fracasada) de intentar interactuar y jugar con los demás niños, nos plantearemos enseñar y fortalecer a través del reforzamiento estrategias adecuadas para que el niño pueda iniciar interacciones con sus iguales. Si solamente castigamos la conducta inadecuada del niño, su necesidad de interactuar con sus iguales continuará no atendida y la conducta inapropiada podrá volver a ocurrir. Por otro lado, el trabajo preventivo y positivo que le brinda al niño la oportunidad de aprender a portarse adecuadamente resultará, aunque más lenta, mas definitiva, ética y placentera tanto para el niño cuanto para los padres/profesionales.
Es importante que sepamos detectar en nuestros hijos si existen detalles que podrían indicar signos de trastornos y acudir a los profesionales de referencia para poder ofrecer las mejores tratamientos, por esta razón en Centro Persem contamos  los profesionales especializados y formados en tratamientos innovadores y efectivos para ofrecer los mejores métodos de intervención.

Óliver Pérez
Director y Pedagogo de Centro Persem
* Ahora también en Santa Pola (Sinergia espacio de salud integral)

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